Todo ser humano tiene siempre un viaje por emprender o un
viaje en curso y cada viaje significa un nuevo peregrinar en pos de la
realización. El pobre viaja en busca de la Fortuna. El ambicioso lo hace
buscando su Potosí. El religioso quiere encontrar a Dios. El soñador la
Aurora. El aventurero su Imposible. ¿Qué busca entonces este joven
artista plástico cubano que con apenas 25 años ya ha emprendido su
propio viaje? Tal vez en los lugares que muestran sus pinturas pueda
estar la respuesta, o quizá tal respuesta no exista. |
Tal vez precisamente sea una pregunta sin respuesta la
que nos propone Willson a quienes contemplamos sus trabajos.
Autorretratos todos en los que se nos revela en una mística epifanía
como habitante solitario de extraños mundos fríos y desiertos; viajero o
caminante, explorador talvez de antiguas o futuras ruinas de su
prolífera imaginación. Buen viaje le deseamos, al artista en su
peregrinar y lo incitamos a continuar, a no detenerse, que los mundos
siempre han pertenecido más a quien los conquistan
que a quienes pasivamente los heredan. |